En quechua SALLQA significa salvaje (en su contexto silvestre). En la cosmovisión andina el mundo es vivo y vivificante, es un mundo animal altamente lleno de sensaciones y emociones. Esta visión andina contiene una relevancia particularmente inherente como atributo de cada uno de los seres vivientes silvestres, en un mundo de interrelaciones entre todos ellos de forma muy diversa y compleja. Todo lo que existe en el mundo es vivo: los hombres, los animales, las plantas, así como también los suelos, el agua, los cerros, los valles y quebradas, las nubes y las neblinas, los montes y todo lo que contiene este mundo de forma natural.
En las culturas que anteceden y dan base a nuestra sociedad actual, los animales más poderosos de la SALLQA representaban divinidades, ya sea como una manifestación directa de estas potencias o como sus mensajeros.
El mundo andino es una colectividad compuesta por tres entidades que interactúan entre ellas: la comunidad de huacas o “deidades” (el mundo espiritual), comunidades humanas multiétnicas (runas del mundo antropocéntrico) y comunidad de la SALLQA (naturaleza en su forma silvestre). El mundo vivo, es un mundo comunitario en el que cada uno posee un sentimiento de pertenencia a la comunidad y a su vez de incompletitud de forma individual, es decir, la vida en su esencia completa, no lo es sin estos tres elementos.
Es en este contexto y concepto filosófico de las antiguas culturas peruanas, en los que se funda la creación de la Asociación Sallqa Perú, buscando una armoniosa reciprocidad entre las personas y sus creencias, con la biodiversidad, entendida no solo como proveedora de bienes y servicios ambientales, sino como parte de la vida misma de la comunidad.
